domingo, 19 de abril de 2020

POEMA A MI ABUELA AMELIA



POEMA

Abuela Amelia


Mi querida abuela:


Hoy te escribo y, entre el papel que soporta mis palabras y mis ojos, sólo veo lágrimas de un desconsuelo incontrolado...pues sé, que como una flor mayor, te estás apagando...

...lágrimas que no secaré con mis manos y que caen sobre esta carta de amor a modo de corazón derrotado porque te vas de nuestro ya frágil lado.

Como caudal de un río manso que, gracias a ti transformó las aguas turbias del pasado en remanso de unión y calma inusitados...

De tus aguas, más de siete ríos fueron creados...todos ellos bien enseñados.

Desde la distancia y el cariño, dejas a una gran familia de hijos bien hermanados que sin duda alguna, aprovecharán y recordarán a una gran mujer y generosa en su legado...

En mis recuerdos de infancia me vuelvo a ver a tu lado y sin querer, lloro por todos los buenos consejos que siempre me has dado...

Vilanova y Compostela sin tí, ya son parte de un hermoso pasado que a su vez, recae con fuerza en aquellos que tu apellido han heredado...

Comidas familiares, encuentros y recuerdos varios que como la mujer laboriosa que eras en mi pecho tengo clavados...

Abuela de mi alma, sin nada dudarlo sé que serás feliz con tu hombre, mi abuelo que ya se hubo marchado...y allá donde estéis, vuestras aguas se unirán pues con ansia y pasión te estará esperando...

Y aquí, en nuestra tierra, con muy hondo pesar, hijos, nietos y bisnietos haremos por estar bien, como siempre desde el cariño y la comprensión de una madre nos has enseñado...

...y si decides abandonarnos...por favor...

Reza por nosotros desde vuestro Edén y no te preocupes más...pues como la mujer con apellido de Rey que eres, lo dejas todo bien arreglado"

      
       Tu nieto que te quiere:

       Manuel Ferro Morado

https://open.spotify.com/track/2LaV1AGSJVmmmgsQsA4rVF?si=jHxe307sQPqA2IiX6rMBcg








domingo, 7 de abril de 2013

Show me the Way ( feat. Peter Frampton )

    Show me the way ( feat. Peter Frampton )

    Tenía 35 años y le habría gustado ser Hippie.

    Sus padres habían disfrutado en tiempo real de aquella infatigable tendencia social y el espíritu colorido del movimiento "Flower Power" le invadía a cada instante.
    Con definido estilo "retro", jeans de pitillo rojo, "all star" negras, calzoncillos "fardawer",camisetas de los más variopintos colores y por supuesto, cazadora vaquera entallada y nunca cerrada, de diferente textura y color según la indumentaria elegida, definían su condición espiritual con gran exactitud.  
    
    Su modo de vestir y actuar, acompañados por esa interesante mirada centraban todas las atenciones ajenas ( casi siempre femeninas ) en el azul de sus ojos. Su cabello era negro como el azabache y brillaba naturalmente gracias a todos los potingues que utilizaba en sus ratos de ducha; ondulado cuando crecía, resultaba bastante voluminoso tras un mes sin pasar por la peluquería de Maxi, un simpático vecino gay del barrio, italiano y encantado de recibir las periódicas visitas de su agente secreto favorito.

     Su bigote, perfectamente perfilado, hacía de preludio a una dentadura perfecta.Sus dientes, impecables y ultrablanqueados, causaba sensación cada una de las veces que Donny decidía mostrar su estudiado gesto, acompañado eso sí, de una subida de ceja hacia el mismo lado en que se elevaba la elegida comisura. Podía hacerlo para ambos lados y aún así, no evitaría el seguir practicando frente al espejo, un escaparate limpio, un retrovisor, o cualquier superficie que tuviera capacidad de reflejarlo puntualmente. Sabía que era agente de la ley pero también sabía que podría haber sido estrella de Hollywood.

      A Donny le invadían sus recuerdos. Aquellos momentos de caravana familiar compartida, la imagen de su padre con la guitarra y siempre acompañado por la bella y dulce voz de su madre, el momento de irse a dormir a su compartimento de viaje, reconfortado por el recuerdo en forma de olor de aquella característica planta aromática fumable que compartían sus padres justo antes de dejar al pequeño Donny caer en el tierno, profundo y placentero sueño de cada noche. Lo recordaba todo y no tenía intención alguna de dejar aquellos momentos aparcados en el olvido.

     Poco a poco y debido naturalmente a las inquietudes adolescentes del ya no tan pequeño Donny, aquellos tiempos quedaban presentes como reminiscencias de un pasado sin preocupaciones y sin posibilidad de repetición. El tiempo y el destino lo habían convertido en agente de la ley tras el brutal asesinato de su tío Matt, hermano de su madre, hippie y vendedor de coches de segunda mano para la conocida firma californiana Ford FARLANE. 

     Donny, adoraba a su tío Matt. Este conseguía captar su admiración y atención de manera sublime y natural allí donde estuvieran. A tío Matt le encantaban las mujeres guapas, el surfing, su casa de la playa, las barbacoas improvisadas y las hogueras, los conciertos, la cerveza y la marihuana, la música y sobre todo...el cálido sol de California. Era su ejemplo de convivencia pacífica, amable y con amor por la vida, pero hacía ya casi cuatro años que ya no estaba entre ellos. Había sido un hallazgo trágico para familiares y amigos, pero sobre todo para su hermana, la  madre de Donny quien tras el suceso nunca más volvió a ser la misma bella y dulce mujer.

     El año de la muerte de tío Matt, él decidió su futuro. Iba a ser agente del cuerpo de criminología de la ciudad de Los Ángeles. Y tras tres años de duro concienciamiento y trabajo apoyado por la imagen de su querido y difunto tío, lo había conseguido. Hacía ya un año que había comenzado como novato, acompañado por el ya veterano en el cuerpo agente Steven Rodrigues, su particular trayecto profesional caracterizado por falta de descanso, muchos cafés y muchos Donnuts.

    El caso de tío Matt no había sido resuelto en su día y Donny continuaba pensando en él. Había recopilado ya muchos archivos, pruebas y demás referentes al caso irresoluto de su tío gracias a uno de los colegas de trabajo más veteranos y amigo personal de su compañero Rodriges. El asesinato de tío Matt seguía siendo una incógnita que martillaba su cabeza a cada instante, y aún más reforzada por las periódicas visitas de Donny a la casa de la playa del difunto donde residía el espíritu de aquel amado personaje familiar que ya no les acompañaría nunca jamás, desafortunadamente.

     La casa de Matt era diferente. En primera línea de mar y hacia el final de Sunset Beach, se diferenciaba de las demás propiedades por las dos palmeras de la entrada, que recibían por parte de su tío el nombre de " las palmeras enamoradas" ya que en cierto punto de su crecimiento, se les había dado por encontrarse en el camino y cruzar naturalmente la longitud de sus troncos. Tío Matt era un poeta. A la derecha de "las enamoradas" y precedido por un jardín de juegos con césped y flores se podían encontrar todo tipo de herramientas y artilugios de propensión a la diversión comenzando este recuento con la mención de un mini half pipe y tres o cuatro skates que obligatoriamente debían ser probados una vez cruzado el umbral de la colorida propiedad. Había dos bicicletas, palos de golf y bolas dispersas, una pequeña cama elástica, una canasta de basket a media altura que permitía lucir "mates" a cualquier discreto en altura. También había un saco viejo de boxeo, un par de máquinas de gimnasio, pesas, raquetas de badminton, dardos y diana, y una zona destinada a barbacoas, con parrilla, un toldo a rayas de colores para dar sombra y unos confortables sofás con base de tablones partidos y en deshuso que en algún momento habrían servido para bajar alguna que otra ola. Sobre los sofás recordaba la figura de los dos fieles guardianes en posición más que relajada y que no estaban dispuestos a abandonar la zona hasta que no fuese estrictamente necesarios. Aquellos perros, definitivamente, vivían mejor que muchos humanos.

     A la entrada de la casa había un pequeño porche elevado con dos hamacas, una mesa baja y unos cuantos cómodos taburetes de mimbre. Aquel era el lugar preferido de Matt. Desayunos interminables casi siempre con compañía, amorosa o familiar daba igual, al final era buena compañía. Tardes hasta más allá de la puesta de sol al son de su guitarra o escuchando, en un improvisado preludio de siesta,  algún disco de Jannis o de Peter Frampton y siempre tumbado en aquellos comodísimos " koys " que se había traído de uno de sus viajes a Sudamérica.

     La entrada a la casa era espectacular. La puerta en forma de arco se autodefinía como tal sólo con observar los rosales que quedaban a ambos lados de ésta. Era muy amplia y acceso directo a un considerable escenario de vida que desde lo alto, separaba la zona inferior por una balaustrada de madera fácilmente saltable y que terminaba en una pequeña escalera de dos tramos. Desde lo alto se divisaban tres partes bien diferenciadas y sin división alguna, convivían en perfecta y cálida armonía. Por un lado, y a la izquierda, la cocina con mesa alta en medio y con altos taburetes, cómodos para una rápida pero efectiva alimentación puntual y a los que realmente Matt no les había dado mucho uso. En la esquina una gran nevera todavía llena de notas pegadas con pequeños imanes en forma de flor. Le habían quedado algunas cosas pendientes. El rincón más alejado de la entrada, y a la derecha, justo en frente de la bajada a la planta inferior, quedaba dispuesto como obligado lugar de lectura perfectamente acondicionado para su diario disfrute. Con un potente tocadiscos todavía  de vinilos y de gran valor sentimental, este espacio quedaba completado por un confortable sillón individual recostado y acompañado éste, a sólo un par de palmos, por el soporte en el que se encontraba su querida Fender. Aquella guitarra era la joya de la corona.

   En la pared de la derecha, y justo en el centro de ésta, hacía eficiente mella una bonita chimenea rústica con un par de maderos a medio quemar que Donny había usado para sorprender a otra víctima de su amor por el sexo débil. Sólo él le seguía dando uso a aquel jardín de sus más reconfortantes recuerdos y seguiría haciéndolo.
    Justo en el centro, lucía una combinación de sofás en forma de L,  con suficiente espacio y cojines para estar cuatro personas cómodas y bien estiradas. Un viejo televisor en blanco y negro y entre èste y el sofá, una mesa llena de revistas, periódicos, crucigramas y notas de tío Matt. Donny quería mantener aquel lugar con la esencia de su tío hasta dar con su fugado asesino.

    Aquel día, y como muchos otros, el sobrino rendiría homenaje a su tío. Ya había terminado de trabajar y el fin de semana se lo merecía libre. Dos casos resueltos y muchas horas sin dormir eran su recompensa. Abrió la majestuosa puerta y aquel familiar e indescriptible olor acompañado por aroma a rosas, inundó una vez más sus pituitarias. Miró que todo estuviese en orden y dió de comer a los perros. Acto seguido, abrió la nevera y décimas de segundo después, ya era realidad. El primer trago de aquella cerveza sería indiscutiblemente irrepetible. Era libre. Por sólo dos días y medio, pero era libre.

      Cerveza en mano pensaba en la imagen de su tío. Habían hecho un trato divino en algún momento después de su muerte. Para Donny era real y aunque desde el más allá podía sentir la presencia del amor que había recibido gratuita e incondicionalmente durante tantos y tan importantes años. Hasta que se fue para siempre.

      Donny se acercó al tocadiscos una noche más y sacó el single en vinilo de su funda. Aquella cancón era favorita para tío Matt y así se comunicaría con él. Colocó el disco, puso la aguja en el borde exterior y subió el volumen. Miró al techo, brindó con su tío en la etérea distancia y le mandó un beso. Apoyó la ya terminada cerveza en el suelo, cruzó las piernas y con un suspiro de satisfacción y cerrando los ojos dijo entre dientes:

  - Allá donde estés, enséñame el camino...

     Y con desahogado placer, dejó que aquella irrepetible melodía envolviese el cálido entorno y sus más especiales recuerdos como si el tiempo no hubiese pasado por ellos.

http://www.youtube.com/watch?v=ucmkwj3Bn_I

domingo, 3 de marzo de 2013

Oh What a Dream... ( feat. Ruth Brown )

  Era el día de mi boda y necesariamente tenía que acordarme de aquella persona. Cogí mi blog, un lápiz bien afilado y previo al evento, le escribí.

  Y así y desde el corazón, le dedique las siguientes y poéticas palabras:



"Hacia ya unos cuantos días que mi sueño se 
veía trastornado por la ilusión de un perfecto 
momento en familia. 
 Y Yo, como otro primogénito más de la saga 
de los hombres de Ferro, y de nombre 
conocido Manu o Manolito, y nominado así 
para poder diferenciarme de todos los 
Manueles que ya había dado aquella sangre, 
me sentía orgulloso de pertenecer a aquel 
numeroso y cálido clan. De naturaleza 
nerviosa y demostrado exceso de energía con  
correspondiente diagnóstico médico, sólo 
podía sentir una inexcusable impaciencia que 
me mataba dándome la vida. 
Innumerables "flashes" a modo de vivo 
recuerdo, invadían mi mente y mi corazón haciéndome aún más vulnerable e 
insignificante de lo que ya era por defecto 
natural. 
De entre todas esas nostálgicas imágenes en 
forma de sueño, siempre existía un momento 
dedicado a los mismos seres queridos que 
encontraría en aquel venidero momento que 
me esperaba segundo tras segundo. 
En primera instancia,  y sin tregua alguna, 
apareció ante mi aquel hombre elegante con 
traje impecable y cordial sonrisa que siempre 
llamo mi atención. Su recuerdo se reflejaba 
vivo frente a mis ojos y su amor por su 
familia se demostraba candente en un dulce 
beso a la mujer que lo acompañaba aferrada 
a su brazo. Los dos eran uno y uno, eran 
siete. 
De aquellas siete partes iguales, a cada hijo 
le correspondería un brillo particular y poderoso que lo definiría ante mis párvulos 
ojos de la siguiente manera: 
Manolo, mi padre, un niño y un hombre, se 
asemejaba a las formas paternas con 
asombrosa exactitud y ejercía como 
primogénito de aquella séptima parte con 
orgullo y fortaleza asombrosa y haciendo 
sumiso honor al sólido significado del apellido 
familiar; 
Mari Carmen, como mayor de los siete 
hermanos y heredera directa de la belleza de 
aquella Doña Señora con distintivo 
imborrable de Rey, ejercía prematuras 
funciones de madre y hermana con sólida y 
constante presencia; 
Dolores, pequeña en continente y grandiosa 
en contenido, brillaba como una estrella del 
cielo de Compostela y con esencia real rica en simpatía y amor por los suyos, que, como no, 
siempre tendría cercanos; 
Baldomero,quien con patente discreción  e 
impecable elegancia dibujaba pretenciosos 
trazos en la evolución familiar y como todos 
los demás, causaba presencia incondicional y 
responsable en alegrías y penas compartidas 
por mayores y pequeños; 
José Ramón, mi padrino, resultaba vivaz, 
activo, inteligente y pertinaz, dotado de 
naturalidad abrumadora propia de los más 
jóvenes hermanos distraería nuevas y 
atractivas alternativas con distinguido deje 
fraternal; 
Javier, caracterizado por su noble y generosa 
personalidad se presentaba ingenuo y dulce en 
el encuentro con sus mayores y demostraba 
ser el más férreo heredero de las actitudes 
profesionales de aquella gran familia y que valdrían para recordarles a todos los 
hermanos quienes eran y de dónde provenían; 
Y por último, y como representante más joven  
de aquella unión devenida en septeto, mi tía 
Belén,  quien con absoluta discreción  
mostraba y demostraba la capacidad de 
superación de la que es capaz un ser humano 
cuando se lo propone. Bella y siempre 
amable ponía a disposición del resto cuanto 
estaba en su mano para felicidad de sus 
queridos hermanos. 
Tras esta definición personal y directa, y 
como parte igualmente activa de esa 
numerosa unión familiar, y creando compañía 
inseparable de los diferentes pero indivisibles 
hermanos, sus medias naranjas: Angeles, mi 
querida madre; Julián, embajador de la 
alegría; Jesús, siempre respetable; Chelo, 
dócil y maternal; Mari, con desparpajo 
natural y envidiable inteligencia; Carmina, amorosa, firme y tenaz y... Alberto, dulce 
enamorado que llegó a tiempo para dar la 
felicidad deseada a mi más joven tía . 
Todos eran mi referente aunque no lo sabían. 
Era un sueño y lo tenía presente; cálido, 
nostálgico  y sobre todo ...feliz. No quería 
despertar pero sabía que sucedería antes o 
después. 
De repente y con voz tenue y melosa, escuche 
la voz de Camilla susurrándome al oído: 
- Manuel, tenemos que entrar en el salón 
nupcial. Es la hora y todos esperan. 
Y aturdido por aquel "deja vu", y sujetado 
fuertemente por su mano, se abrió la puerta e 
inevitablemente, mi sueño se convertía en 
realidad. Dando el primer paso mire hacia arriba e 
imaginando la ya etérea figura elegante de 
aquel hombre que faltaba, le di las gracias a 
Dios y a El por ser parte de aquella familia.  
Y recordando conmovido mis orígenes y una 
pasada vida familiar, deje que aquel 
distinguido Señor de americana cruzada 
siempre impecable me regalase como presente 
de boda una inseparable identidad. 
Padre, hijo y nieto éramos por herencia, una 
misma persona: 
 Manuel Ferro. "

https://www.youtube.com/watch?v=XHe16XFQUpI

domingo, 19 de agosto de 2012

Nica's Dream ( feat. Wes Montgomery )

http://www.youtube.com/watch?v=FDZ1jR5sB6M


    Año 1968.  Eran ya las 09.32 pm y había terminado de acicalarse. Tenía la sensación de que llegaría tarde una vez más y sólo faltaba la compañía de su americana. Esta vez había elegido aquel pantalón de " pitillo" y zapatos de charol negro, camisa negra y corbata negra. Igualmente, no podían faltar en los pulcros puños de su camisa, un par de dados de plata; gemelos regalados por su fallecido padre, un carnicero de Milwakee que era conocido por sus elegantes dotes y bellas amantes.

      Aquel era su momento una noche más y nunca se aburriría de su sabor. El Norton CLUB esperaba de su llegada. Le había costado mucho organizar y abrir aquel lugar. Emplazado en lo que fue en su día un almacén destinado a la venta de frutas, se caracterizaba por su entrada en forma de escalinata de metal lacado en negro y en dos tramos, donde la parte final desembocaba en un pequeño patio cuadrado iluminado por unos discretos faroles amarillos que presentaban preludio a un mundo de sensaciones nocturnas sin precio.

      Se acarició el bigote con el indice y pulgar repetidas veces y encendió un cigarro, cogió la americana que le esperaba impaciente en el perchero de hierro forjado de la derecha de la entrada, apagó la luz del hall y bajó tranquilo hasta encontrarse de frente con la imagen de Tony el Gordo.

       Tony era el sobrino obeso de Micky "La Nuit", un ex boxeador muy conocido en aquella ciudad al que le gustaba ayudar a los más desamparados, claro está, siempre que no le complicasen sus turbios negocios relacionados con el alcohol y los cobros forzados " bien remunerados". Micky y Nicanor Norton eran amigos gracias a su padre, y a "Nica", le gustaba la idea de tener como guardaespaldas al sobrino del Sr. La Nuit en agradecimiento a esa natural y familiar relación. Aunque a favor de Tony, había que destacar que sus kilos de más no le impedían ejercer sus labores con sutil perfección.

 Éste le abrió la puerta con un amable:

- " Buenas noches Jefe"

- " Buenas noches Tony" - respondió Nica- y sin mirar atrás y tras pisar con saña al encendido americano contra el frío suelo, entró en el Cadillac gris.

     Una vez en el vehículo, el Gordo, en honor a su apodo tendría que hacer una última pregunta antes de poner el delicado Cadillac en marcha:

 - "...le importaría Sr.Norton, que hiciera una parada en la heladería de Louisette para comprar una bola de helado?"- y es que a Tony le gustaban más los helados que las mujeres. Era su único vicio.

 Y acariciándole la cabeza desde la parte de atrás y con gesto condescendiente, le respondió:

-"...claro que sí, " Gordo", pero rápido y sólo una bola, que no te quiero ver la camisa ni la corbata sucias, es un día especial..."

    Tony se rió, y le comunicó su agradecimiento a través de una extensa sonrisa a través del retrovisor. Hicieron la parada de rigor, breve su inicio y satisfactorio su final; unos comentarios sobre el devenir de los últimos combates de la semana y sobre los boxeadores preferidos de conductor y pasajero y por último, referencia a Micky "La Nuit" con tono y significancia alagadora por ambas partes.

    Habían llegado.

    Ante ellos, el Club de Nica, el Norton CLUB.

    Su neón vertical era esplendoroso, en mezcla de colores rojo bourdeaux y negro, y con la iluminación justa, hacía que cualquier noctámbulo con clase se sintiese atraído por las referencias lumínicas de aquel especial punto de encuentro de personalidades de muy diferente naturaleza. Por un lado, personajes relacionados a la política del lugar y con algún presupuesto pero escondido deje corrompible; por otro lado, y probablemente con el mismo "deje", abogados, fiscales, jefes de policía, traficantes de alcohol, mujeres de todos estos anteriores y por supuesto, y las más, acompañantes sin relación marital establecida sustituidas temporalmente por algún cliente disconforme con sus relaciones amorosas formales.

   El pequeño patio ya estaba vacío, y contaba únicamente con la presencia de "Rompehuesos" Pit y los dos faroles amarillos que quedaban a cada uno de los lados de la estrecha puerta de dos hojas.

   Bajó la escalera acompañado de Tony, quien se quedaría incondicionalmente en la entrada con "Rompehuesos" Pit. Eran tal para cual, de carácter fiel y de fortaleza física animal. El Club estaba seguro.

 -" Buenas noches Sr. Norton, la noche tranquila y la sala está que hierve... y la música hace ya unos minutos que ha comenzado. Esos negros tienen la sala hipnotizada."

    Ese era su normal "report" de la noche. Conciso y eficiente. A Rompehuesos Pit le gustaba darle esa bienvenida al Sr. Norton. Siempre había sido un buen jefe. Tras su breve comentario y conociendo sus obligaciones, le abrió la puerta.

 -" Gracias. Sabes si Gina ha llegado ya?"

    Y caminando y sin esperar respuesta como de costumbre, se la encontró de frente. Gina se presentaba ante Nica acompañada de una concentración de humos que la seguían sin tregua y que provenían del interior del Club. Rubia y muy al estilo de la ya afamada Marilyn, Gina disponía de belleza natural. Pelo rubio dorado y recogido en un discreto moño decorado por un prendedor en forma de joya brillante y regalo de alguno de sus pretéritos amantes. Todo esto acompañando a un vestido rojo pasión bien entallado, con sutil escote y al que su estilosa figura la hacía su mejor modelo Ella estaba enamorada de él. Los dos lo sabían pero mantenían su posición en el diminuto hall por el bien del Norton.

    Gina, como jefa de sala, le contaría el minuto anterior a su entrada quien estaba dentro del Club, quien era invitación de la casa, quien venía con buenas y malas intenciones, los nombres de algunas de las amantes y esposas de clientes y cualquier detalle que a él se le pudiera escapar de lo acontecido en su local hasta el preciso momento de cruzar el umbral de la sala. Mientras esto sucedía la cariñosa Gina le colocaba un pañuelo gris bien doblado en el inutilizado bolsillo de su americana. Luego repasaba con sus perfectas manos de uñas esmaltadas en negro, el cabello del Jefe buscando la más completa perfección. Finalizado esto, cogió un Philip Morris del bolsillo lateral de la americana de Nica, lo puso con delicadeza entre sus labios y lo encendió y mostrando el filtro manchado de carmín lo colocó en los labios de su protegido tras desearle suerte en forma de cariñoso beso. Y abrió las puertas para él, una noche más.


     El humo salía y él entraba, ambos buscando su oxígeno.

     El Norton se presentaba cálido; las lámparas de color rojo desprendían una mínima iluminación sobre las mesas ocupadas, y alrededor de éstas un variopinto mundo de negocios nocturnos que causarían algún efecto en alguna de las mañanas siguientes. Política, alcohol, sexo, sobornos, música, negocios no turbios y probablemente alguna otra situación que al Sr. Norton se le pudiera escapar eran protagonistas de cada noche en ambiente distinguido y distendido.

     A la izquierda del salón lleno de mesas bajas, se cernía la barra, como parte más iluminada del lugar y donde se encontraban sus chicos Nick, Joe y Linda. Eran los mejores barman de la ciudad. Más elevada que la parte anterior estaba perfectamente delimitada por una pequeña escalera vestida con una moqueta negra y su acceso, a parte de para algún solitario presente en el lugar y sin reserva en mesa, se hacía casi exclusivo para las dinámicas camareras del Norton Club.

     Saludó a todos con la mirada. Sonrisas e intereses se cruzaban ante sus ojos mientras escuchaba el sonido de la música. Su destino, la cálida barra, donde se encontraba su taburete pegado a la pared y donde parecía esconderse los menos momentos de cada noche.

     Linda le sirvió el primer Gin Fizz. Perfecto como siempre

     Esa noche habían contratado a Wes y su banda. Eran amigos de la infancia y en lo que a guitarra y Jazz se refería, la verdad es que aquel negro y sus dedos le hacían volar y desaparecer mentalmente a cada momento con sus incomparables melodías. Le gustaba su presencia en el Norton y todos allí lo conocían.

     Se sonrieron desde la distancia y Nica sabía cual sería su siguiente tema.

     Wes paró la música, encendió un cigarro y lo apoyó suavemente sobre el impoluto piano negro colocado estrategicamente. Entonces y mirando fijamente a su amigo Nicanor Norton, movilizó las miradas de la ocupada sala hacia este último y dijo:

  -" ...dedicada al Sr. Norton, y por hacernos participes de su sueño hecho realidad y con todo mi agradecimiento..." Nica`s Dream"....para todos ustedes..."

      La sala aplaudió el comentario y Gina apareció como una estrella fugaz de nuevo al lado de Nica. Lo agarró fuertemente del brazo y apoyó su cabeza contra su pecho mientras el la abrazó.

   - "...sigue soñando Nica, por el bien de todos..." dijo ella

       Nicanor cerró sus ojos y conteniendo las lágrimas de satisfacción esperó a que la música hiciera el resto.

       Dió gracias a Dios y,  volvió a soñar una noche más.

   

   

   



domingo, 12 de agosto de 2012

Surfin' Safari ( feat. The Beach Boys )

   Había terminado de trabajar tarde la noche anterior y aún así, madrugar era su incentivo. Sólo podía pensar en la predicción meteorológica del día y en las consecuencias que ésta le reportaría...

   El "beep" del móvil despertaba a la hora programada y como un suspiro, se levantó. Eran las 7.05am. Con los ojos menos abiertos que cerrados se vistíó ligero, lo cual significaba: hawaiianas, shorts, camiseta sin mangas y una pastilla de wax, que le esperaba impaciente en la barra de la cocina, justo al lado de la nevera quien guardaba el fresco néctar necesario para su definitivo despertar.

   Abrió la puerta, cogido de Mrs Palmers esta vez, aunque podía haber sido cualquier otra; y sin mirar atrás dejó la casa. Su viejo WV le esperaba en el parking, lleno de tierra y con dibujo en la luna trasera que las veces hacía de pizarra para los comentarios de alguno de sus amigos. Esta vez un " no limpio mi coche porque amo esta tierra" reflejaba con exactitud y precisión la realidad.

   El WV Polo encendió a la primera y a él le gustaba pensar que también tenía ganas de playa. Le debía mucho a ese coche. Maltrato tras maltrato, y éste, sólo le pagaba con su fidelidad.

   Los Beach Boys estaban preparados para tocar. Era su momento y con los primeros minutos del amanecer parecía que sus acordes sonaban mejor. O por lo menos, causaban el efecto deseado al conductor.

   Dejó a la Señorita Palmers en el asiento del copiloto sin delicadeza alguna y miró hacia atrás. Sus dos tablas se encontraban ocupando los asientos traseros. Eran preciosas y él, platónico.

   El cálido amanecer era su mejor compañía y Lorenzo estaba pletórico.

   Las interminables dunas hacían de espejo para un mar calmo visitado por los primeros  y madrugadores pescadores del lugar. Siempre eran los mismos.

   Su destino estaba cerca. Llegaba a la vía de tierra caracterizada por innumerables curvas típicas en cualquier rally de categoría mundial y ya divisaba las blancas espumas. Había olas y con ellas comenzaba una alteración nerviosa típica en esta situación. Conocía esa excitación. Cada día que iba a la playa, le sucedía y sabía que era inevitable. Ya estaba más cerca e imaginaba ese indescriptible grato frescor causado por el agua en contacto con su piel.

    Minutos después y casi automáticamente, paró el coche en el lugar deseado.Eligió aquella playa porque era donde más satisfacciones le habían sido regaladas por una naturaleza virgen y exultante. Arena blanca,       aguas turquesas con fondos marinos de roca plagados de pescado y a pocos metros una perfección indiscutible en forma de onda marina. Constantes y con el tamaño perfecto se presentaban como muros de agua limpios y listos para firmar en perfecta armonía con su amada Pukas y así dejar su sello en forma de continua y etérea estela plateada. Un exceso de satisfacción le invadía en esos momentos previos al cambio de medio. Definitivamente su estilo pisciano haría mella una vez más en aquellas aguas amigas.

    Le dió su merecido a la virgen Srta.Palmers en forma de trio amoroso inseparable: ella, él y la Pukas. Tras finalizar, dejó la pastilla ya usada en el suelo del copiloto y cerró la puerta del conductor. Posó la tabla en la todavía fría arena y buscó la crema desesperadamente porque Lorenzo cuando pegaba, no tenía compasión.

     Crema en cara, bañador vestido al modo Johnny Weismuller y una fina camiseta vieja de tirantes que portaba un logo de su propia marca y que serviría como protección solar para una espalda con bronceado suficiente.

    Cogió la tabla y se unió a ella. La Pukas se agarraba fuertemente a su pie derecho y él dejaría una vez más que así sucediese. Cerró con llave el WV, aunque no era necesario, y escondió la clave en lugar estratégico y comenzó a caminar. Tramo de playa y cerca del jardín de juego, tramo de roca. Estaba hecho.


     Apoyó la plancha una vez más, esta vez sobre la parte más plana de una escabrosa piedra. Se separó un metro de ella y mirando a la plenitud del Océano comenzó a estirar su recién despertado cuerpo. Unos dos minutos después ya estaba asomado al lugar de acceso a su libertad. Se santiguó y movió el cuello repetidas veces en círculos para acabar el calentamiento. Esperó su momento de salto entre ola y ola y se precipitó con unos veloces pasos bien contados sobre las turquesas aguas.


SPLAAAAASHHHHHHHHHHHH!!!!!


      La tabla ejecutaba un perfecto deslizamiento sobre el salado líquido y sus problemas, ajenos a ese especial momento, se veían reducidos en un 99%.

       Tocaba emular unas cuantas veces al pato, y así llegaría por primera vez a su lugar de salida. La fuerza de sus brazos lo impulsaban de modo veloz y contra el perfecto oleaje definido por lejanas líneas de mar.

      Una vez en su destino, vio llegar a su objetivo en la distancia. Era como un caramelo celeste con el envoltorio puesto a la espera de ser abierto.Miró hacia los lados para definir a qué lugar prefería dirigirse y comenzó a remar con más ganas que nunca, esta vez a favor de la fuerza de aquel inmenso ente acuático. Mientras se ponía de pie encima de su amada Pukas, y sin tiempo para nada más que comenzar su personal y distinguido trazo sobre el agua, gritó pensando en ella.

  -" ...Ésta va por ti..."

      Y con una sonrisa  abierta y como casi cada día de su vida desde los dieciocho, cogió su primera ola.


http://www.youtube.com/watch?v=FS7SUFz36lg

 

   










martes, 17 de abril de 2012

I am your boogie man ( feat. KC & the Sunshine Band )

     Siempre le había gustado la noche; desde joven.Lo había heredado de su padre, y éste a su vez de su abuelo. Aunque desde hacía algún tiempo, disfrutaba aún más con el preludio a este encuentro con la nocturnidad.

     Siempre comenzaba su personal ritual del mismo modo tras quedarse viudo. Recordaba a su esposa con nostalgia pero le gustaba su soledad. Podía flirtear sin sentirse culpable como en antaño. Era un viejo verde y lo sabía. La echaba de menos pero,... así se sentía libre.

      Le gustaba escuchar a Coltrane mientras cenaba. Para esta ocasión, tenía preparado algo especial. Perdices confitadas con crema de patata a las finas hierbas y nueces con cebolla caramelizada...todo listo para calentar , servir y degustar. Inevitablemente, y acompañado por una copita de tinto, recordaba las formas de sus abuelas y de su madre en la cocina. Cuánto tenía que agradecerles!!...

     - Gracias.Estaba suculento.- decía en alto.Acompañado por la soledad de la mesa vestida con los platos medio vacíos y con los ojos mirando perdidos hacia arriba por un instante,pensaba en esas tres mujeres indispensables de su vida.

      Una vez cenado, encendió un puro y se sirvió el primer etiqueta Negra de la noche, sabía que podía; había cenado bien y tomado el Omeoprazol de costumbre. Comenzaba a animarse.

       Acercándose, copa en mano "on the rocks", a su viejo pero eficiente equipo de música, ya tenía avistado el disco y pensado el tema que le daría el empujón definitivo a iniciar una nueva aventura nocturna. Lo estaba deseando. "KC & the Sunshine Band" era definitivamente su elección final entre muchos otros candidatos de la época. El tema, su preferido, " yo soy tu Boogie Man" destinada su audición, esencialmente, a machos conquistadores con estilo "retro" definido y muy seguros de sí mismos.

       Comenzaba la canción y sentía tener veinte años menos, un millón de imagenes a ojo cerrado circulaban por su mente,...mujeres, salas de fiesta, amigos, veranos interminables que terminaron, besos en portales ajenos,...cuánto tiempo hacía y aun así...lo tenía presente casi de manera tangible( o eso quería creer ).

        Dejó la copa a la entrada del baño de la habitación y el Habano apoyado como habitualmente a un lado de la tapa del urinario. Se perfumó con Brummel y se impregnó las manos de brillantina de Barón Dandy. Mientras cantaba y se movía al ritmo de la música miraba las canas reflejadas en el espejo, que acompañadas por unas entradas prominentes le advertían día a día de su realidad inevitable. A él parecía darle igual. Sólo tenía presente esa noche una vez traspasado el umbral de su casa a la calle.

       Estaba preparado. Recogió a Johnie y al Habano donde los había dejado y tras apagar las luces del dormitorio y localizar su billetera, caminó hacia la puerta.

        Puro en boca, Whisky en mano alcanza el control a distancia del equipo de música y...con la puerta de entrada entreabierta, apunta con el mando mientras continúa al ritmo de "KC". Todo se nubla. Él cae, el habano se muere y Johnie se derrama....

  -Señor, me escucha??...está Usted en el Hospital. Ha sufrido un infarto y sus niveles de colesterol tras los análisis son excesivos.

   Le dice una bella mujer rubia de pelo recogido y  vestida de sugerente enfermera.

   - Recuerda Usted algo? sabe usted cual es su nombre , donde vive?

    A lo que el viejo verde responde con convencido tono alagador:

   - Yo? ...yo soy tu Boogie Man.

    Tras su concisa respuesta, cierra los ojos, llora y se ríe sin parar. La bella enfermera, sin entender nada, decide dejarlo en la que parece su feliz soledad.

http://www.youtube.com/watch?v=RKoZMke594A

...mientras dormías... ( feat. The Shadows- Sleepwalk )


http://www.youtube.com/watch?v=RS38_gJh3hE


Era ya tarde; la noche estaba estrellada y clara y el reflejo de Catalina sobre el mar hacía que me sintiese místico. Sólo se respiraba tranquilidad, silencio y un característico aroma a arena mojada por el rocío nocturno que impregnada por la brisa y la salitre en forma de vapor desprendida del choque de las olas con las rocas, la hacía simplemente, una vuelta a casa muy especial.

Recordaba tener por algún lugar de mi desordenado coche un recopilatorio de The Best Of The Shadows donde se incluía una de esas melodías que no puedes olvidar de por vida..."camino a dormir" ( en su más literal traducción ). Tras una breve parada, y acompañado por las dunas cercanas a la carretera, encuentro mi tesoro, lo coloco en el reproductor del vehículo y localizo ese maravilloso tema. Cierro la puerta, abro la ventana de manera que puedo sentir el frescor en mi cara y continúo con mi marcha, eso sí, a velocidad reducida para que los efectos de la melodía en consonancía con el oscuro paisaje causen el efecto deseado.

  Comienza la música; la luna sigue en su sitio y yo en el mío, aprieto el acelerador suavemente para evitar así el sonido  del viejo motor, y dejo que mi mente en blanco dirija mis movimientos. Soy esclavo de la situación . Y despierto ( o sonámbulo ), conduciendo, y escuchando a los Shadows, y tras repetir el tema lo suficiente para llegar a mi hogar sano y salvo espero hasta que éste termina por enésima vez. En ese instante, giro el encendido, retiro la llave, abro la puerta, la cierro un segundo después y comienzo el paseo normal hacia mi casa, con resquicios mentales de ese ratito que acabo de disfrutar con extrema pureza.

     Entro en casa, en total silencio, y no enciendo ni la tele. Ella estaba durmiendo en el sofá. La beso y me pego a su cuerpo semidesnudo y cubierto por una cariñosa manta.

-mmmmmm......
-Te desperté?...
-...si....pero no pasa nada, menos mal que ya llegaste,...tuviste un día feliz??

   ...y pensando y recordando los minutos de vuelta a casa con indescriptible placer... le respondo:

-...sólo tuve un rato muy feliz... sucedió mientras dormías.